Madrid abre el telón en 'La Noche de Los Teatros'

El pasado viernes se celebró en Madrid la tercera edición de La Noche de los Teatros. De esta forma la Comunidad quiso rendir homenaje a las artes escénicas en el Día Mundial del Teatro. Más de 200 artistas protagonizaron una divertida jornada de celebración, marcada por las representaciones artísticas a pie de calle y las manifestaciones de protesta contra Esperanza Aguirre.

El dramaturgo Francisco Nieva -premio Nacional de Literatura Dramática- fue el encargado de inaugurar la jornada en la Casa Museo de Lope de Vega, con un pregón que ensalzaba el carácter liberador del teatro. "El teatro es libertad plena, con las formas decantadas del arte", dijo finalizando un discurso que daría comienzo a una tarde-noche protagonizada por la escena y un gran elenco compuesto por actores y un público que interactuaba con ellos.

La participación de actores y dramaturgos en un evento de estas características tiene como objetivo reivindicar un arte tradicional que ha quedado relegado por otras manifestaciones más comerciales. "Esperemos que hoy no sea un día excepcional y que la gente venga al teatro todos los días", declaró el consejero de Cultura, Deporte y Turismo, Santiago Fisas, junto a intérpretes los intérpretes de Mentiras, incienso y mirra, Jordi Rebellón o Elisa Matilla, que representaron la obra en el Teatro de La Latina.

La Comunidad de Madrid quiso potenciar la asistencia de los ciudadanos del teatro ofertando descuentos de hasta el 50% en precio de las entradas en más de 60 salas, además de las alternativas que se ofrecían dispersas por las calles y plazas de la capital. Sin embargo, el Teatro La Latina cubrió menos de un 20% de las butacas en las dos sesiones de la tarde-noche.

Entre las 170 actividades que se realizaron, se sumaron por primera vez locales y salas de música en vivo y flamenco. Entre otros, Casa Patas o Las Carboneras abrieron sus puertas para deleitar al público con un recital de los cantaores José Barrios e Isaac Muñoz o Alfonso Losa, respectivamente.

Pero el papel protagonista lo tuvieron las calles. Fuencarral fue el escenario de una veintena de piezas breves realizadas por jóvenes creadores. Los Teatros del Canal, en Bravo Murillo, fueron el punto de partida de una cabalgata barroca. La Gran Vía madrileña fue el escenario donde se desarrolló un número del musical Fiebre del sábado noche, mientras que la plaza de Tirso de Molina acogía varios espectáculos, entre los que destacó la función de percusión Momentum, de Mayumaná.

Como el arte canaliza formas de expresión en todas sus vertientes, esta jornada también estuvo marcada con tintes reivindicativos. Esperanza Aguirre fue la diana de las críticas de un grupo de jóvenes y de los propios actores que participaban en las actuaciones callejeras, mientras visitaba los espectáculos de Fuencarral. Acribillada por protestas en contra de la privatización de la educación y de la sanidad, tuvo que refugiarse en el coche oficial para salir corriendo, no sin antes proferir algún que otro gesto de desafío hacia los que le gritaban "pesetera" o "lo tuyo si que es teatro".

A pesar de los incidentes anecdóticos, la jornada quedó grabada entre los asistentes como "un espectáculo para disfrutar", donde los aproximadamente 100.000 espectadores que acudieron pudieron sentirse partícipes de una magnífica obra.